Un
proceso esencial en la historia de las sociedades fue el paso de una
economía de recolección (caza, recolección y pesca)
a una economía de producción voluntaria de ciertas plantas y de
ciertos animales. En un número restringido de lugares de la Tierra,
ciertas sociedades, manteniendo a tensiones particulares, inventaron
el dominio de la reproducción de especies vegetales y animales.
Para
asegurar sus necesidades de alimento, cuero, huesos, y otros
productos, las primitivas sociedades cazadoras-recolectoras debían
seguir las migraciones de
los grandes rebaños de bóvidos, cérvidos y
otros animales. Hace unos 10.000 años los seres humanos
del neolítico descubrieron
que capturar animales, domesticarlos y
mantenerlos vivos para utilizarlos cuando fuera preciso, les permitía
reducir la incertidumbre que, en relación con las posibilidades de
alimentación, les suponía el hecho de tener que depender de
la caza. El
proceso debió constar de un periodo de predomesticación en
el que, en un primer momento, los seres humanos habituaron a sus
presas a su presencia mientras las seguían en sus búsquedas de
alimento para, posteriormente, irlas reteniendo; esto supuso que
ellos mismos tenían que encargarse de suministrar alimento a los
animales. Así, consiguieron domesticar varias especies, encargándose
de mover los rebaños de unas zonas de pasto a otras, emulando los
movimientos naturales de los mismos, pero ahora bajo su control.
Este
sedentarismo estuvo unido al nacimiento de las prácticas agrícolas,
que ligaban al hombre a la tierra y que, además, permitían el
cultivo de forraje para
los animales. De ese modo, cuando el hombre inició la domesticación
de animales herbívoros como vacas, ovejas, cabras y
abandonó la caza y la recolección de frutos, nació la ganadería,
durante el neolítico y, muy probablemente, al mismo tiempo que
la agricultura.
Estos
animales como el ganado vacuno sirvieron, además de proporcionar
carne, como animales de carga de mercancías, tiro del arado,
suministro de pieles y, más tarde, de leche y derivados.
El estiércol acumulado
en los establos, estabulados y cuadras, debió haber servido de abono
para los primeros cultivos.
La
domesticación de animales permitió también utilizarlos para
realizar trabajos agrícolas o transportar cargas. Además, los
restos de las cosechas que no eran utilizables en la alimentación
humana podían aprovecharse como alimento para el ganado.2 La
agricultura y la ganadería permitieron a las poblaciones humanas
conseguir una mayor certidumbre respecto a sus posibilidades de
sustento, así como reducir el esfuerzo en obtenerlo, lo que
posibilitó un mayor desarrollo cultural, ya que el ser humano podía
entonces empezar a disponer de más tiempo para la creación
intelectual. En este sentido, parece que el desarrollo de la
ganadería tuvo lugar en Oriente
Próximo, precisamente en zonas donde, a su vez, el desarrollo
cultural fue más intenso y temprano. A partir de esos lugares se
difundió esta nueva relación con la naturaleza, ya sea que las
sociedades convertidas en sociedades de agricultores y/o de pastores
se fueron expandiendo (en gran parte gracias al potencial demográfico
que su nuevo modo de producción, de alimentación y de materias
primas permitía), ya sea que sociedades vecinas, todavía
paleolíticas, hayan adoptado, por su propia voluntad o por la
fuerza, este nuevo modo de vida.
El
término "neolitización" para designar a este proceso de
domesticación, deriva de "Neolítico"
o Edad de la Piedra Pulida, palabra inventada por los
prehistoriadores del siglo XIX para caracterizar el tipo más
reciente, en Europa,
de industria prehistórica (de producción de instrumentos de
piedra), justo antes de la Edad
de los Metales.
Los
lugares de la neolitización primaria son escasos y cada uno
comprende sólo un pequeño número de especies. En primer lugar,
la Medialuna
Fértil (hace 10.000 años) donde se domesticó el cerdo,
la cabra,
el asno y
el carnero.
El norte de la China (hace
8.500 años) donde, de modo independiente, también se domesticó el
cerdo; Mesoamérica (hace
8.000 años) en donde se domesticó el pavo (Meleagris
gallopavo)
y los Andes,
donde hace unos 6.000 años comenzó la domesticación de la llama
(Lama
glama),
la alpaca (Vicugna
pacos)
y el cuy (Cavia
porcellus).
La
producción cárnica se comenzó a desarrollar a finales del siglo
XV, como una producción precaria, de escasos recursos, escasa
comercialización y escaso consumo. Luego fue desarrollándose a gran
escala, generando alta ganancia, y producción en creces. Durante los
siglos XIX y XX,
con la colonización europea de América,
tuvo un desarrollo intensivo,
que agotaba los recursos naturales.
En
la actualidad, el área de extensión de la ganadería es superior
que la de la agricultura,
ya que el ganado puede ser criado en áreas donde el
duro clima imposibilita
el crecimiento de los cultivos, como en las altas montañas o las
zonas con una aridez extrema.
La estabulación
del ganado y el desarrollo de nuevas técnicas de
alimentación han contribuido para disminuir la dependencia de las
condiciones del medio.
kyero una mula!
ResponderEliminar¡NO ENTIENDO
ResponderEliminarNADA!